Tuesday, September 18, 2007

FLESH FOR ..."TRASH", BLOOD FOR ..."HEAT"?






















El hecho de titular esta entrada en inglés tiene una sencilla explicación, que intentaré explicar a lo largo de este breve estudio que dedico a ANTONIO MARGHERITI, mejor conocido entre los amantes del "soft- sexsubversions" y los cult horror movies de los setenta, como ANTHONY M. DAWSON.
Cuando Antonio Margheriti ya había filmado varias películas, con el seudónimo anglosajón, y su nombre era conocido, tanto en Inglaterra como en EEUU, la factoría de Andy Warhol se encontraba en pleno cenit de creatividad. El director cinematográfico insignia de la factoría era Paul Morrissey, quien ya había filmado sus títulos emblemáticos: "Trash" y "Heat", protagonizadas ambas por el símbolo homoerótico Joe D'Allesandro.
Por una de esas extrañas razones artísticas, Antonio Margheriti y Paul Morrissey se cruzaron en dos filmes señeros. "Flesh for Frankenstein" (1973) y "Blood for Dracula" (1974).

Probablemente la casi totalidad de los más de 30 largometrajes de Antonio Margheriti, (muy difíciles de conseguir en el mercado español), pondrían a prueba las neuronas de cualquier crítico. Las películas del italiano hay que verlas con limpieza absoluta, libres de todo prejuicio intelectual. De hecho cuando cuatro años más tarde de su pase por Europa, se estrenaba en la España recién democratizada "Carne para Frankenstein", una revista especializada señalaba: "..carece por completo de misterio y no produce sino aburrimiento e irritación" y terminaba: ".."Carne para Frankenstein" es "basura para el público"".

Margheriti es un director que no puede ser entendido solo bajo el aspecto estrictamente técnico o artístico, ni siquiera por sus historias (la mayoría desmelenadas). Para el director italiano el "hecho artístico" es casi prescindible en su obra. El no es un artista, sino un artesano que estimula la perversión del sexo desde todas las posibles consideraciones del deseo y del placer.

Antonio Margheriti comenzó su carrera cinematográfica en los cincuenta, en plena eclosión del "Neorrealismo". Mucho más modesto en sus pretensiones que Rosellini, Fellini o De Sica, derivó su interés hacia los efectos especialos y los temas extraterrestres, debido a su amor a la ciencia-ficción.
Uno de sus primeros trabajos en el cine fue como director de efectos especiales en "The Day The Earth Shook" (1959). Su bautismo en la dirección y firmando con el bizarro seudónimo de Anthony Daisies, fue "Space Men" (1960).
El héroe de los "sci-fi" de Margheriti suele disimular su villanía en mundos dominados por lo brutal y lo salvaje. Los temas de estos films suelen ser variantes de un mismo tema: alienígenas que invaden mundos, humanoides con cerebros electrónicos que tratan de aniquilar un mundo, máquinas asesinas, científicos locos....una serie de títulos jalonan este tema: "Battle o the World", "Wild, Wild Planet", "War of the Panets"...etc
Todos estos filmes fantásticos tienen cierta perversa fascinación. Algunos tienen un brillante colorido. La atmósfera de los planetas alienígenas, e incluso la Tierra, tienen cierto aire lovecraftiano, que impregna los planos de horror y misterio más que de acción espacial.
Estos universos están adornados con mujeres explosivas, alienígenas karatekas y enanos diseccionadores de órganos sanguinolentos. Todos estos personajes se mueven en decorados Op Art, muy propios de la época.

Como buen artesano Margheriti no se dedicó a un solo tema y buena prueba de ello son sus "peplum": "Hercules, Prisioner of Evil", "Hercules against Karate", "Hercules and the Devil of The Desert". Todos estos títulos son meros vehículos comerciales para sesiones dobles sin más pretensiones.
Por encima de todos estos títulos y géneros: western, catátrofes, guerra e incluso sucedáneos oo7, el verdadero talento de Margheriti se centra en los films donde la ambiguedad del vicio y la perversidad se compenetran en un glorioso fuego de artificio adornado de "gore".

Antes de llegar a los dos filmes en los que "Directed by Anthony M. Dawson" fue canjeado en el mundo anglosajón por "Directed by Paul Morrissey" Margheriti filmó tres "joyas" del cine de terror, que bien hubiera podido producir la Hammer.

"Castle of Blood" (1964) es una historia en la que un periodista (George Rivière) hace una apuesta, nada menos que a Edgar Allan Poe (Henry Krueger), por la cual el escritor deberá permanecer una noche en el Castillo de Blackwood (guiño al también escritor de novelas góticas Algernon Blackwood).
En esta películas están todos los códigos de terror que desfilan por toda la producción del italiano en este género. Ambiguedades sexuales, necrofilia, seres de otro mundo, delirio granguiñolesco de vísceras y sangre humana y pesadillas etílicas.
"The Long Hair of Death" , es un desmadrado relato de horror gótico en el que el incesto, las violaciones y las venganzas forman un fresco violento, en ocasiones difícil de asimilar. En esta película, como en la anterior, Margheriti contó con la colaboración de la estrella más característica de los film de terror de la época. Barbara Steel, la actriz fetiche de Roger Corman y la intérprete de un pequeño, pero memorable papel en la película de Fellini "8 1/2".
"The Virgin of Nuremberg" (1963) es una historia de diabólicos nazis, que ocurre en la actualidad y ambientada en un castillo, donde se conserva una cámara de tórtura empleada en el año 1700, que ahora se exhibe como un museo del horror. En aquel escenario y en aquel tiempo un instrumento de dicha cámara llamado "Iron Maiden" (una caja en forma de mujer, en cuyo interior hay numerosas puntas de acero que se clavan en la víctima) era utilizado por un siniestro personaje llamado "The Punisher". Este "Castigador" vuelve de las tinieblas del pasado para ensartar mujeres en el diabólico instrumento.

Pero los dos filmes más conocidos y menos reconocidos en la filmografia del autor italiano son "Flesh for Frankenstein" y "Blood for Drácula".
Nadie se ha puesto de acuerdo sobre qué o quién filmó la mayor o la menor parte de ambos títulos. La mayoría se inclina por darle la parte del león a Morrisey, pero analizando todos y cada uno de los entresijos de "La carne y la sangre" se puede llegar a la conclusión, a pesar del logotivo Wharhol, que en ambas cintas se ve más la mano de Dawson que la de Morrisey.
Nadie que se decida a ver este film busque similitud alguna entre este Baron Frankenstein y el científico al que dió luz Mary Shelley.
En la película de Dawson-Morrisey el Doctor Frankenstein( Udo Kier) es un científico loco, obseso por crear una pareja perfecta que de paso a una nueva raza(obviamente es una metáfora del nazismo). En el castillo donde lleva a cabo sus experimentos viven su hermana, la baronesa Katrin (Monique Van Vooren), que a su vez es también su esposa, los dos hijos endogámicos (niño y niña de aspecto encantador) y Otto, el ayudante de laboratorio del doctor.
La primera escena, con la que se abre el film , Margheriti nos introduce en la cadena de perversiones de las que vamos a ser testigos. Los dos niños curiosean en el sótano donde trabaja su padre. Pasan por la jaula de los ratones, por un acuario donde nadan unos exóticos peces. El niño toma en sus manos un muñeco. Le hace una seña a su hermana, quien asiente. Ambos empuñan sendos bisturíes y hacen una incisión en el muñeco, como si de tratara de una disección. Después colocan al maltrecho juguete bajo una guillotina, la accionan y la cabeza del muñeco queda seccionada.

La visión, en numerosas ocasiones de visceras humanas al descubierto, es una constante. En una de las veces el Barón abre el pecho cosido de su criatura femenina y copula dentro de la cavidad torácica. El ayudante Otto, tan perverso como su jefe acorrala al aya de los niños y desgarra salvajemente el pecho de la sirvienta para violarla. Los pulmones de la infeliz quedan colgados entre los barrotes de una cloaca. También es Otto, quien destruye de igual forma a la criatura femenina del barón.
Las escenas exquisitas se superponen a las grangiñolescas, con gran aparato de sangre y vísceras. La escena final, también protagonizada por la pareja de "encantadores niños", tiene una maldad pocas veces visionada en un film.

"Sangre para Drácula" merece una revisión a fondo, porque tras el aparente morbo que destila la cinta, que no es poco, hay una fábula política de trasfondo social.
Comenzando los títulos de crédito vemos un primer plano muy expresivo de Udo Kier, quien personifica al Conde Drácula(Nada que ver con el Drácula de Stoker). La cámara rota alrededor de su cabeza mientras él pinta de negro sus cabellos blancos. Al final del traveling circular vemos el espejo donde aparentemente se mira. No hay imagen alguna.

La fragilidad física del conde es evidente, parece sufrir una enfermedad. Vemos acercarse a su ayudante acompañado de la hermana del Conde por un largo pasillo con algunas ventanas por donde penetra algo de claridad. Cada vez que atraviesan un halo de luz el ayudante protege a la mujer interponiendo su cuerpo para que la "vampira" no se dañe con el reflejo.
Cuando llegan al salón el mayordomo le habla al conde sobre la seriedad del estado de salud en el que se encuentran tanto él como su hermana, tanto, que ella debe permanecer en la cripta y él emprender viaje a Europa, preferentemente a Italia.
"¿Por qué Italia?"-pregunta desmayadamente el conde y la respuesta del mayordomo es: "Hay muchas razones. A los italianos les impresionará su título...y allá puede encontrar vírgenes", "¿Vírgenes?"-inquiere el Conde. La respuesta del mayordomo es tan bizarra como la proposición. "Sí, debido a que los italianos son católicos necesitan mujeres vírgenes para sus matrimonios".

Todo en la película gira en torno a la necesidad que tiene el conde de beber sangre de una mujer virgen para continuar viviendo. Cosa que no consigue en su periplo italiano ya que un proletario, Joe Dallesandro, empleado en la finca de un aristócrata (Vitorio de Sica) se ha encargado de que ninguna de las jóvenes hijas del decadente señor lleguen intactas al matrimonio.
Dado que la acción se desarrolla a finales de los 20 es fácil ubicar a cada personaje en el panorama europeo tras la caida de los nazis, obviamente representado por el Conde Drácula.

Antonio Margheriti no volvería a colaborar con la factorís Warhol, pero siguió firmando sus películas con el seudónimo de Anthony M. Dawson. Su trayectoria de realizador llegó casi hasta el final de su vida. "Gengis Khan", en la que no aparece su nombre como director se completó en 2004, dos años despues de su muerte. Sus películas dejaron de tener repercusión internacional debido al cambio de los gustos del espectador. Sin embargo en 1980 filmó una película de terror, "Apocalipsis Canibal" al estilo desmadrado que le había caracterizado en sus films más característicos de vísceras desparramadas, necrofilia y sexo enfermo.
En "Apocalipsis Canibal hay un marcado intento de enfatizar la agresividad y los aspectos coercitivos de la sexualidad masculina.

Antonio Margheriti o Anthony M. Dawson, como gustó firmar sus películas es el ejemplo más claro de director honesto con su obra y con sus actores , a los que mimaba en los rodajes. Nunca quiso hacer obra maestra alguna. Consideraba su labor como una afición a la que dedicó toda su vida. No tuvo a su alcance la maquinaria económica de Lucas o Spielberg, solo su imaginativa y sensual imaginación con la que jugaba a la perversión más audaz. Su vida se extinguió en Viterbo, Italia el 4 de Noviembre del 2002

4 comments:

BUDOKAN said...

Celebro el descubrimiento de este blog por la relación hermosa que trazas con el pasado cinéfilo. En relación a estos films son dos gemas del terror artie. Saludos!

ANRO said...

Espero estar a la altura de las circunstancias. Trataré de contagiar a los demás con mi entusiasmo por el cine del pasado y del presente.
Un abrazote, amigo.

DECKARD said...

Muchas gracias por los enlaces. Enseguida le linko yo también.

Estupendo su estudio sobre este director para mí desconocido, tomo nota. Me temo que tengo muchas lagunas en cuanto al cine de serie z se refiere.

Un saludo!

David said...

No he visto estas películas (y tampoco es que tenga muchas ganas).
Te echo de menos... como le pasará a muchos de los que te seguíamos...